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las cosas buenas de la vida (I): ensalada de ahumados con vinagreta de frambuesa

Hoy te quiero enseñar una ensalada que me preparo muy a menudo, sobre todo para cenar, que me parece de lo más completa nutricionalmente hablando, y que además está muy rica. Queda así:
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Te cuento lo que necesitas para preparar una ración para 1 persona (en honor a mi querida Mariajo) y qué te va a aportar cada uno de los ingredientes. Así sabe más rica, cuando somos conscientes de lo bien que nos hacen los alimentos a nuestro organismo :)

– 4 hojas de lechuga hermosotas
La lechuga es muy baja en calorías, tan sólo aporta 17 kcal. por ración. Tiene mucha agua, que además de hidratarte te da sensación de saciedad. Su contenido en fibra es muy alto (unos 2 grs. por ración, lo que supone un 7% de la cantidad diaria recomendada), por lo cual ayudarás al buen funcionamiento del tracto intestinal a la vez que reducirás las posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes. Facilita la digestión y tonifica el estómago. Hay que señalar que la fibra que contiene la lechuga es celulosa, por lo que conviene masticarla y salivarla bien para digerirla mejor.
En la lechuga también se encuentra una fuente de potasio, mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal. Gracias a su buen aporte de agua, potasio y bajo contenido de sodio, favorece la eliminación del exceso de líquidos del organismo. Este efecto es beneficioso en caso de hiperuricemia y gota, cálculos renales y en caso de hipertensión, retención de líquidos y oliguria.

La lechuga es fuente de antioxidantes, en concreto de beta-caroteno y vitaminas C (nos aporta hasta un 40% de la vitamina C que necesitamos diariamente) y E. Los antioxidantes bloquean el efecto dañino de los radicales libres. Además, la vitamina C hace más difícil que el colesterol se adhiera a los vasos sanguíneos.

También nos aporta hierro, calcio, yodo, zinc, carbohidratos, magnesio, sodio, fósforo, carbohidratos y vitaminas A, B1, B2, B3, B5, B6, B7, B9, E y K, y provoca un leve efecto sedante. ¡Como ves aporta mucho a cambio de muy poco!

– 3 hojas de endibia
Las endibias tienen también mucha agua y presentan un gran contenido en fibra, siendo como la lechuga un alimento con muy bajo contenido calórico. Aporta muy pocas proteínas y muy pocos hidratos de carbono.
Tiene folatos, que intervienen en la producción de los glóbulos rojos y blancos, y ayudan a fortalecer el sistema inmunológico porque estimulan la producción de anticuerpos.
Además, en las endibias hay presentes provitaminas como la A y la C. Las provitaminas se convierten en vitaminas según el cuerpo las va necesitando, así que nos surtirá de vitamina A, también llamada retinol, esencial para la vista, y para un correcto estado de la piel y los tejidos. La vitamina C, al igual que la provitamina A, tiene acción antioxidante e interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos, además de favorecer la absorción del hierro de los alimentos y mejorar las defensas frente a las infecciones.
A parte de todo esto, las endibias tienen mucho ácido fólico, importantísimo en el embarazo, fósforo y yodo. Y son mucho más digestivas que la lechuga.

– Medio pimiento morrón, de tamaño mediano
El pimiento rojo en crudo tiene muchísima vitamina C, más del doble de la cantidad que podemos encontrar en las naranjas o las fresas. Ya sabemos gracias a la lechuga y la endibia los beneficios de esta vitamina, esencial para estar sanos.
Es también un alimento muy rico en agua y pobre en grasas, proteínas e hidratos. También es muy bajo en calorías, pues 100 grs. aportan unas 19 kcal.
Son una fuente importante de carotenos, como la zanahoria, y de provitamina A que después se transformará en retinol, como en el caso de las endibias. También nos aporta folatos, potasio, magnesio y fósforo.

– Un puñadito de maíz dulce
Del maíz de lata conviene no abusar, puesto que tiene bastante azúcar. Hay algunas marcas que tienen versión light de este producto, pero aún así mejor poquito. El maíz siempre le da un toque de color a las ensaladas, y ese dulcito tan rico.
En cuanto a sus propiedades destaca el hierro y los hidratos de carbono.

– Media manzana
La manzana, como ya sabrás, tiene mucha fibra y muy poquitas calorías. Es una fruta muy baja en sodio, por lo que es estupenda para controlar la hipertensión y para ayudar a reducir el colesterol. Si te da pereza comerla entera la opción de añadirla a la ensalada es una buena forma de comer manzana.

– Salmón ahumado (o como alternativa: 6 langostinos cocidos)
El salmón ahumado es un pescado muy rico en vitaminas D y B3, cuyo consumo previene algunos tipos de cáncer, interviene en el fortalecimiento de los huesos y la piel, ayuda a tener fuerte el sistema inmunitario, facilita la reducción del colesterol y es muy beneficioso para combatir enfermedades como la artritis o la diabetes.
Tiene mucho sodio, por lo que hay que utilizar muy poquito cuando haya problemas de tensión arterial. No contiene azúcar y nos aporta muchas proteínas, necesarias para el desarrollo muscular.

Prepararlo todo no tiene ningún misterio… Simplemente pico muy fina la lechuga y la endibia. Esto hará que la digestión de la lechuga sea más fácil, que ya sabemos que si no puede provocar gases. Añado la manzana picadita en dados pequeños también, incorporo el maiz escurrido y pico en juliana el pimiento y lo echo también. Cuando tengo la verdura lista, simplemente hago trocitos pequeños de salmón y lo añado. Si no te gusta el salmón ahumado o tienes la tensión alta te recomiendo que lo sustituyas por gamas o langostinos cocidos troceaditos muy finos.

El toque «tope healthy»… A continuación, pico unas nueces con el cuchillo y le doy un toque de ajonjolí, que no es otra cosa que sésamo. Lo venden en el supermercado en la zona de especias.
Las nueces tienen mala fama porque como fruto seco que se precie tienen bastantes calorías, pero más vale subir un par de pisos andando en lugar de usar el ascensor y tomarlas, porque son muy buenas.
Aportan gran cantidad de fósforo, que hace que nuestros dientes y huesos estén sanos y que la piel mantenga su pH natural. Nos ayuda a tener una mayor resistencia física y además favorece las funciones del cerebro.
Tienen vitamina B6, así que son muy recomendables en casos de diabetes, depresión y asma. Esta vitamina también evita la aparición de enfermedades cardíacas y puede reducir los síntomas del túnel carpiano e incluso disminuir el riesgo de contraer cáncer.
Y el sésamo no es que aporte mucho sabor, pero tiene propiedades muy interesantes. Ayuda a regular el colesterol y a prevenir la hipertensión. Es muy bueno para la humectación de la piel. También es rico en proteínas, calcio y vitamina B. y una gran fuente magnesio, fósforo, hierro y zinc, entre otros.

Y sólo queda el aderezo… Cuando ya tengo todo preparado en el bol le doy un toque de sal, poquita, porque el salmón ya tiene bastante.
A continuación muelo un poco de pimienta negra, que ayuda a acelerar el metabolismo y aumentar el consumo de calorías y prevenir la retención de líquidos.
Espolvoreo un poco de hierbabuena, muy buena para reducir los gases en la digestión.
A continuación un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y un poquito de vinagreta de frambuesa. Esta vinagreta yo la encontré en el súper en la zona de refrigerados, y es de la marca Florette. También se podría hacer casera, pasando por la batidora unas frambuesas con aceite, vinagre y sal.
Ya sabemos lo beneficioso que es el aceite de oliva, sobre todo en crudo, y sobre todo si es virgen extra. No conviene abusar si queremos controlar el peso, pero es indispensable introducirlo en la dieta.  Por su elevada cantidad de vitamina E, es un alimento beneficioso para nuestro sistema circulatorio. Este alimento también tiene propiedades antioxidantes, es beneficioso para la vista y puede ayudar en la prevención de la enfermedad de Parkinson. El elevado contenido de vitamina K en este alimento hace que sea también beneficioso para una correcta coagulación de la sangre.

¡Y a comer!

No me digas que no es sencilla de preparar. Y la de beneficios que te aporta, con muy poquitas calorías. Siempre puedes darle el cambiazo al salmón por los langostinos si quieres reducir aún más las calorías.

La información sobre las propiedades de los ingredientes de la ensalada la he obtenido en varias páginas web, entre ellas http://verduras.consumer.es/documentos/index.php y http://alimentos.org.es.